Por Hernán López
El escándalo que armó Mario Ishii afuera pero sobre todo dentro del Senado -durante la sesión que sancionó el Presupuesto y la Ley Impositiva- expuso no sólo los modos que eligió para conducirse en la cámara, habitualmente acompañado por un nutrido grupo de militantes y allegados, que fueron agresivos en otras ocasiones. También trae a colación algunos antecedentes de este año, que revelan su cuota de oportunismo a la hora de presentar proyectos, y la necesidad de reflexión puertas adentro del oficialismo.
En ese último punto coincidió el senador kirchnerista Eduardo Ancona, quien hizo un mea culpa.
Es que Ishii no llegó a donde está por mera casualidad ni nada parecido: él fue el tercer candidato del Frente para la Victoria en la lista de la Primera Sección Electoral, detrás de Alejandro Urdampilleta y Mónica Macha, que encabezaban el tramo bonaerense de la boleta. Y vaya si el oficialismo necesitará repasar su estrategia en la región que ninguno de estos tres integra, actualmente, la bancada k.
Por el contrario, Urdampilleta -hombre de Merlo y ex funcionario de Raúl Othacehé- abandonó el barco en febrero de este año, cuando el Intendente de zona oeste confirmó su salto a las huestes de Sergio Massa, en un acuerdo que movió el mercado de pases durante el verano. Macha es leal y generalmente acompaña en las votaciones, pero hace todo eso desde su propio monobloque, Nuevo Encuentro, homónimo del partido que lidera su marido, el moronense Martín Sabbatella.
Ishii tiene monobloque también. El nombre de su espacio es PJ Néstor Kirchner, aunque su relación con el universo oficialista, no únicamente el sciolismo sino todas sus líneas, es pésima en la actualidad.
El paceño lanzó la corriente "nestorista" en abril de este año, con un importante acto en el teatro Luna Park.
Y para ganar terreno tuvo dos actitudes por demás llamativas en la Cámara de Senadores. Durante junio, mientras el proyecto de Policía Comunal sciolista corría el riesgo de ser vetado o quedar archivado en una reñida votación dentro del cuerpo, el ex Intendente de José C. Paz presentó una iniciativa propia para terminar de dinamitar la discusión.
Su obra pasó desapercibida, más cuando Daniel Scioli sacó la nueva fuerza policial por vía unilateral, pero ilustraba las ganas de sumar cizaña en una discusión caldeada por la bajada de pulgar que profirieron los senadores del massismo y también algunos diputados del FpV. Finalmente, su iniciativa quedó en nada y el tema no volvió a ser debatido.
Pero hace dos semanas el legislador hizo algo parecido con el nuevo estatuto del trabajador municipal. Mientras el proyecto de la FESIMUBO generaba varios cortocircuitos y obligaba a negociaciones con los intendentes, Ishii impulsó un nuevo proyecto, en ese caso a pedir, casi un traje a medida, de los jefes comunales en los puntos clave. Otro intento por volar en llamas la trabajosa discusión por las paritarias municipales y otros beneficios.
En casi un año, Ishii no hizo mucho más que eso. Eso más las barras que siguen casi todas las sesiones y, el jueves pasado, interrumpieron la jornada con insultos, agresiones, amenazas y huevazos.
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