Miércoles, 9 de Octubre de 2024

Desmanejos en el ENOHSA y denuncias de gastos discrecionales

Mientras el presidente insiste en atacar la obra pública y se mantiene firme en su política de achicamiento de gastos, las internas y los problemas de gestión le suman dolores de cabeza.

29-09-2024



Javier Milei hizo campaña avisando que no pensaba continuar las obras que quedaran pendientes a menos que hubiera interés del mercado y que lo financiara el sector privado. Y aunque la reactivación de las obras es uno de los pedidos reiterados de los gobernadores, el Ejecutivo nacional se empantana entre hacer oídos sordos y quedar enredado en la propia maraña de falta de gestión.

Con la llegada del nuevo gabinete, en diciembre asume como ministro de Infraestructura Guillermo Ferraro, un hombre que había colaborado con la coordinación nacional de la fiscalización que llevó a la Libertad Avanza a quedarse con el triunfo electoral. Economista con pasado peronista y del PRO, fue el primero en salir eyectado del esquema mileista.

Con su asunción llegó también a la Secretaría de Obras Públicas Luis Giovine, un ingeniero que provenía del sector que responde a Juan Schiaretti, y que tenía en mente la posibilidad de avanzar con aquellas obras que desde la gestión anterior se encontraban en estado de paralización, principalmente las del territorio cordobés.

La salida de Ferraro, a quien el presidente echó por los medios sin dar muchas explicaciones llevó el área de Infraestructura bajo la órbita del Ministerio de Economía, con lo cual, el equipo de los denominados "cordobeses" reconfiguró su estrategia para poder mantenerse atornillados a sus lugares, y lograr así avanzar con los pagos de aquellas obras de la Nación ubicadas en la Provincia de Córdoba, pero por el momento, todo sigue igual, e incluso, con serios cuestionamientos, en especial, dentro del ENOHSA.

El Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento es un organismo descentralizado, pero que está dentro de la órbita de la Secretaría que encabeza Giovine. Éste designó como Administrador a Bernardo Bartolomé Heredia y como Subadministrador a Vicente Damasio Heredia, ambos oriundos de la provincia de Córdoba y pertenecientes a las filas del Gobernador Martin Llaryora.

Desde la llegada de los Heredia al ENOHSA, las cosas se fueron poniendo bastante difíciles ya que, al parecer, el Administrador no hace uso de las oficinas en el edificio del Ente ubicado en Corrientes y Callao, y pasa sus días de gestión en el Palacio de Hacienda, donde ostenta el uso de las instalaciones y los servicios de ese edificio, dejando el día a día de la administración del Ente a Vicente Heredia. Uno de los problemas, es que hay serios cuestionamientos sobre el manejo que éste último hace del ENOHSA, comenzando por la designación de nuevo personal en medio del plan de achicamiento y reconfiguración.

Bajo la firma de Heredia se incorporaron más de 20 personas, sin títulos universitarios ni experiencia en la Administración Pública Nacional con sueldos superiores a los que perciben los gerentes del Organismo, con el agravante de las competencias para los cargos y luego de haber despedido a más de 70 trabajadores alegando que había que achicar el gasto público.

Pero aparentemente no todo termina ahí, ya que el cuestionamiento a Vicente Heredia no sólo se escuchó en el ENOHSA, sino que varios Organismos del Estado se hicieron eco de la selección de secretarias, personal administrativo y demás técnicas para las que el criterio de selección no habría sido precisamente el de su capacidad como profesionales ni la idoneidad para el cargo a desempeñar.

Además, en el contexto de achicamiento y cero obras públicas, como había solicitado el Presidente, Heredia se vio obligado a apurar los desembolsos de casi 5 mil millones de pesos de las obras ubicadas en Córdoba y como contrapartida, dicen que le habría exigido a los empleados trabajar fuera de su horario y hasta los días sábado y domingo con aparentes amenazas de ser despedidos en caso de no obedecer. Las renovaciones del contrato se hacían mensualmente, lo que generaba mayor grado de incertidumbre.

Otro de los grandes ruidos de Vicente, es que aparentemente ingresó o recategorizó a personas sin el correspondiente acto administrativo, e incluyó personas con denuncias de corrupción, como es el caso de Hernán Litvachkes, el marido de Roxana Barrera, actual Sub Gerente de Recursos Humanos. También se señala el ingreso de personal que tendría un vínculo estrecho y personal con el propio Vicente.
Donde también se posa la lupa es en la utilización de vehículos del organismo para usos personales de los cordobeses, como salidas o viajes a su provincia.

Por otra parte, a Heredia se lo señala con frecuencia por su destrato hacia el personal e incluso, en el organismo recuerdan con pesar, el episodio padecido por un empleado que sufrió una descompensación que le provocó la muerte, aparentemente producto del estrés que venía padeciendo. El trabajador prestaba servicios en el mismo piso donde el Subadministrador Heredia tiene sus oficinas.

En la actualidad, a la incertidumbre del futuro de las obras públicas se le suma el de 250 trabajadores sanitaristas que peligran en su situación laboral como consecuencia de una muy mala administración del organismo, con manejos desmedidos y pagos discrecionales que se realizaron desde la asunción del nuevo gobierno y que ameritarían, al menos, una revisión de lo actuado administrativamente.

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