(InfoGEI) A raíz de la caída abrupta del poder adquisitivo de los salarios por la transferencia de ingresos desde los sectores populares a los sectores de la economía concentrada que produjo la devaluación del peso y los tarifazos de los servicios públicos, la crisis en la argentina no deja de expandirse y retroalimentarse.
Una muestra acabada de ello lo representa el cierre de más de 30 sucursales en todo el país, de una de las cadenas de electrodomésticos más conocidas de la Argentina, como lo es Musimundo. Ahora le tocó el turno al local que la compañía tiene en la ciudad de Luján.
Lo triste de esta historia es que cuando gobernaba el populismo (en países de Europa llamado Estado de Bienestar), la firma Carsa, propietaria del 50% de las 300 sucursales de Musimundo, no dejaba de abrir sucursales en todo el país.
Sin embargo, a partir de mayo pasado, la firma comunicó a la Comisión Nacional de Valores (CNV), que no cumpliría con el pago de intereses y capital de obligaciones negociables emitidas por $116 millones, a lo que sumó que la calificadora de riesgo Fitch Ratings, le bajara la calificación, luego de presentar el concurso preventivo en la justicia. Un clásico del modelo neoliberal vigente de destrucción del trabajo y la producción nacional.
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